31.8.14

Fui yo quien provocó en ti una dicha dulce y silenciosa
que volverá a ratos, golpeando tu pecho dolorosamente.
Tu mente se fugará a esas noches infinitas,
donde hice trascender a tu persona en un dibujo
que nunca se podrá borrar, ni con el vapor del tiempo.
 
Ya no habrá para ti más beso que el mío. Habrá labios nuevos
que sentirás como la lengua de un cachorro agradecido
lamiéndote heridas que forman mi nombre.
 
A eso que te invade entero, ahora que me voy, se le dice amar.
 
Yo te dejo todo lo que fue y me quedo con mi certeza.

No hay comentarios.: